21/6/12

FIESTAS DE MOROS Y CRISTIANOS

En El Castellar se celebraba  en el siglo pasado, una gran fiesta para El Pilar (12 de octubre) con: danzantes, embajadores, graciosos y gigantes. Todo el vecindario se volcaba con gran entusiasmo en estas fiestas antiquisimas.


 

      EMBAJADA: Costa de dos bandos de soldados: tres  moros y tres cristianos. Rememoran una batalla, hay dos  formas de representarla. Normalmente la elección la suelen hacer los festeros de cada año, suelen alternarlas. Los embajadores van vestidos de diferente forma según el bando al que pertenecen y el rango que representan (por supuesto con traje de fiesta) Van montados a caballo, tambien las caballerías llevan bonitas monturas.

En una de las embajadas, el bando cristiano tiene un  ángel (representado por un chico pequeño)



    LOS GRACIOSOS: pastores con chaleco de lana, zurrón, garrote grande artesano, cañamo (para hacer cuerda en los ratos tranquilos), pantalón vistoso y calzan alpargatas de cañamo. Comentan sucesos del trabajo en el reino con las lavores propias del ganado  y lo poco que comen y beben.



    LOS DANZANTES: Ocho chicos de unos ocho o diez años, enseñados por un señor del pueblo “Pepe el zurdo” (gustoso colabordor durante muchos años) estos chicos danzan y bailan al son tambor  y tompeta.

Vestimenta: Faldas blancas almidonadas con encajes y lazos, blusa, calzón, enaguas, sombrero, zapatillas de cañamo, medias y banda identificativa.



        Enseres: castañuelas, dos palos decorados y una corbetera, para cada danzante;  arrocero, martillo y cuatro almireces; una espada; cuatro arcos florales,  (realizados artesanalmente)  y un palo grande preparado con cintas de colores sugetas en la parte superior, que cuando bailan los chicos se cruzan formando figuras geometricas de gran vistosidad (dicho palo lo sujetan los pastores)

Cada arco era portado por dos chicos, (el nuestro se realizó en casa de una compañera   (quedó precioso), al mismo tiempo  sus cuñadas nos aleccionaban para mejorar  los gestos al recitar la poesía y daban  ideas a nuestras  madres de cómo trabajar  mejor el papel manila utilizado en las flores. ¡Todo salió muy bien!



A finales de la decada de los sesenta, (en 1967 concretamente) debido a la emigración, escasearon los chicos de esa edad para el dance. La fiesta estaba muy arraigada,  autoridades y vecinos no permitieron que decayese, (por lo que obtaron en formar un cojunto mixto en los danzantes) En esos años yo tenía la edad adecuada y participe como festera. Disfrute mucho, y recuerdo  muy bien cada detalle. Además la fiesta une de manera especial a los que participan en élla.

 Las madres preparaban la ropa que festeros anteriores habían usado (labado, almidonado y planchado)   nos median un pie para comprar en conjunto todas las alpargatas (no teniamos demasiados medios de comunicación aún). Recuerdo como comentaban  lo que les faltaba: a unos la yegua, a otros la montura, o el almirez para el dance  que era considerado como un objeto de mucho valor economico, (en ocasiones era un legado familiar) Con la buena colaboración de amigos vecinos y familiares todo quedó resuelto muy pronto, siendo ellos mismos los que llevaban las cosas a la casa que  se necesitaban.

. La vispera  en el trinquete los danzantes y graciosos hacian una representación pública, tratando  de compaginar todo para no cometer pequeños errores, lo fundamental era orientarse bien en un espacio diferente y perder la timidez.

  La mañana del Pilar,  los nervios llegaron al oír sonar las campanas,  para salir en procesión a la ermita de la virgen del Pilar, (Ubicada entre Formiche, Cabra y El Castellar)


El orden de la procesión mas o menos  era asi: bastante adelantado un pequeño grupo de personas entendidas tirando cohetes, el ángel, los embajadores: tres a cada lado de la calle, el estandarte de la virgen, los danzantes bailando, arropados por los pastores, (estos ultimos, daban alguna palmada con sus enormes castañuelas para hacer sitio) la virgen del Pilar a hombros, las Autoridades Civiles y Eclesiasticas y los vecinos de la localidad.

Se danzaba por las calles del pueblo y al llegar a la ermita.

De vez en cuando los graciosos gritaban:

¡VIVA  LA  VIRGEN  DEL  PILAR!    ¡¡VIVA!!

Al llegar se celebraba la santa misa y la procesión, y se entonaba el himno a la virgen. El ayutamiento obsequiaba a sus gentes con pastas y licor.

Como de costumbre, siempre estaba la turronera de Teruel para endulzar los paladares.

En medio de un gran circulo en la puerta de la ermita, los danzantes bailaban:

·      al son de castañuelas.

·      el paloteao.

·      el baile de los arcos.

·      tocaban el almirez

·      el baile del ahorcado

·      se vestia y desvestía el palo  

Se emulaba oficios de la época  (herrería y cocina) y recitaba cada chico una poesía con alusión a la patrona, a la  fiesta y al pueblo “con grandes vivas” Cada baile se realizaba formando cuatro calles menos el recital que siempre se hacía mirando a la ermita.

Los graciosos, a veces,  haciendo gala de torpes, criticaban al amo por su tacañería y las largas jornadas de trabajo, más estando ausentes en invierno por ir al reino con el ganado, al llegar al pueblo…se enteraban de todos los sucesos: los noviazgos recientes, si alguna pareja se había roto, si a fulanico se le habia muerto la burra, tambien estaban al corriente de algún programa televisivo (esto ya más tarde) y todo lo que su gracia y desparpajo podía representar. Para las cosas mas subidas de tono siempre contaban con  la complicidad de alguna dama.

En todo momento los graciosos velaban por el buen funcionamiento de la fiesta, derrochando buen humor al recitar sus loas.

La embajada necesitaba más espacio por los caballos y,  los embajadores tenian que hablar fuerte para ser oidos. Cada participante declamaba su papel; en principio el ángel pertenecía al bando cristiano (pero lo perdieron) y la segunda batalla fue aún mas cruel, su orgullo no permitia una perdida así. Cuando salen al campo de batalla se ven caras preocupadas por si había caidas de los caballos (nunca ocurrieron)  son escenas de mucha acción y lucimiento.

Después de la lucha (en privado) llega el  bando moro derrotado y el cristiano esultante de alegria, qué contagia a todo el publico creyendo que la virgen ha sido la causante del triunfo.

Rápido el jefe, su ejercito y los creyentes (que son casi todos) se acercan a darle las gracias a su patrona a la  puerta del santuario.

Los gigantes representaban a un hombre y una mujer, aunque en realidad eran dos hombres los encargados de la actuación.  Eran la admiración de los espectadores por lo bien que bailaban. No llegué a verlos, se llamaban: Ponciano y Rafael. Así lo corroboran  las personas mayores en una conversación reciente.

La  fiesta seguia por la noche con baile popular y toro embolado medieval en el pueblo.

Al día siguiente se repetía la misma fiesta en la localidad, un poco mas reposada  en honor a la virgen de los Desamparados.



NOTA: En 1990 se realizó la última fiesta como antaño, (con enorme emoción de los asistentes) sobre todo en las personas mayores que muchas fueron festeras  echando mano de chicos descedientes del pueblo (en esta ocasión participaron mis hijas).

Desde aquí animo a los que lean esto y tengan relación con El Castellar, “aporten su granito de arena” para que hablemos en presente ¡que fiesta tan bonita tenemos!

Siempre hay maneras de seguir aunque las circunstancias nos obliguen a introducir cambios, “no sería la primera vez” ¡Animo!

Gracias a todos colaboradores y antepasados por dejarnos este bonito legado.

Espero os haya gustado la descripción que he hecho de esta fiesta tan popular y entrañable y celebraría que pronto pudieramos disfrutar de élla.


     



      



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